viernes, 13 de septiembre de 2013

NEW ZEALAND : Naturaleza en estado puro

Un largo viaje en avión con escala en China, nos transportaría del verano de Vietnam hasta el puro invierno Neozelandés.




Habíamos reservado una furgoneta equipada para camping, que sería nuestra fiel amiga durante estas casi tres semanas de aventura. La idea era recorrer las dos islas de norte a sur, con una ruta preparada, que siempre estábamos dispuestos a saltar.



  • Isla Norte

Nuestro vuelo llego directo a Auckland, segunda ciudad importante del país después de su capital. Allí nos recibieron unas temperaturas cálidas para tratarse del invierno, cosa que rápidamente cambió.
La ciudad nos sorprendió por lo sosa que era, la verdad, intentamos buscar un bar donde tomar una cervecita, pero tras varias vueltas, conseguimos encontrar un único bar abierto, eso sí, estaba toda la ciudad allí. La ciudad paso desapercibida para nuestra retina.

Al día siguiente, tras pasar la noche en un hostel de la ciudad, fuimos a recoger la furgoneta, estaba bien equipada con cocina, fregadero, salón-comedor-cama, techos altos, con lo que podíamos estar de pie sin problemas. Lo que no tenía era ni baño ni ducha, lo cual como después descubriríamos no sería mayor problema, dado que Nueva Zelanda es el país de los baños públicos por excelencia! casi cada km encontrabas unos, en perfecto estado con papel y jabón. Sin embargo y después del viaje, nos dimos cuenta que merece la pena pagar mas y alquilar una furgoneta diesel, porque la nuestra era gasolina, y madre mía lo que consumía! y en cuanto al tema baño, nosotros no tuvimos problemas, pero a la hora de acampar de forma libre, fuera de los camping, habían muchas zonas en las que solo se les permitía el paso a caravanas auto suficientes, es decir con baño y deposito de recogida de agua.





Y comienza la aventura! Nos pusimos en ruta, aunque ya era media tarde, y el inconveniente de viajar a este país durante su invierno, no es solo sus temperaturas, si no también su escasez de luz, a las 5:30 de la tarde ya anochece, con lo cual la ruta se ha de parar, puesto que no es recomendable conducir por sus carreteras de noche por varias razones, es peligroso, la mayoría son carreteras de un solo carril en cada dirección con muchas curvas, y lo más importante, te perderías sus maravillosos paisajes! 
La primera noche la pasamos junto a un canal de riego al lado de Ngatea. La verdad que fue el lugar menos glamoruso de todo el viaje, pero la noche se nos vino encima, y allí donde encontramos un sitio medianamente apartado, nos quedamos. Porque en NZ no esta permitida la acampada libre, salvo en lugares habilitados, sin embargo sin cartel presente, rara vez te dicen nada.

Al día siguiente continuamos la ruta, desayunando frente a la playa Moun Maunganui, en la ciudad de Tauranga. Después nos dirigimos a la preciosa ciudad de Rotoura, cuyo nombre se lo da precisamente su lago. Nos paseamos por sus calles, precioso!. A media tarde ya nos dirigimos a Taupo, cuyo nombre de nuevo viene dado por su lago. Que preciosidad de lugar! todo tan limpio y ordenado. Aire puro. Allí decidimos pasar la noche, y esta vez nos ocultaríamos en lo alto de la ciudad, detrás de unas casas, donde quedábamos fuera de la vista de los paseantes.

























La siguiente parada sería el pueblo de Turangi, y el parque Tongariro, allí hicimos un trekking de 2 horas por el paseo de las cataratas, precioso! viendo de fondo el volcán nevado. Después de la caminata tomamos un pequeño aperitivo para recuperar fuerzas y emprendimos rumbo a Wanganui y de allí y por primera vez en la ruta nos quedamos a dormir en un camping. La noche tenía un precio total de 22 $ en total, los dos con la furgoneta, que sería unos 14 € lo cual estaba muy bien ( el precio mínimo normal que nos pedía en otros camping eran 44 $ así que no estaba nada mal). Dormimos frente al lago Wiritoa, que preciosidad! Levantarse con ese paisaje la verdad es que no tiene precio.






















Llego el último día en la isla norte, emprendimos el camino a la capital del país, situada en esta isla. Sin embargo mientras disfrutamos de los paisajes del camino, no perdimos la oportunidad de comer frente a la playa en el parque Queens Elisabeth, y de allí ya llegamos a Wellington. Lo primero que hicimos fue aparcar la furgoneta en el parking del puerto (pasaríamos la noche allí) donde al día siguiente cogeríamos el Ferry rumbo a la isla sur. El precio del Ferry oscila mucho dependiendo de la época, sin embargo en invierno debido a la poca afluencia de turistas es bastante mas económico, y ademas tuvimos la suerte de encontrarnos en la ventanilla con un chico encantador, que nos hizo aún mas descuento, porque le gusto ver que personas venía desde la otra punta del mundo (literal) a verles. 
Con todos los deberes hechos, visitamos la ciudad, bonita, ordenada, tranquila, diríamos que demasiado tranquila para ser la capital, pero teniendo en cuenta que en total son 4 millones de habitantes repartidos..pensamos que sería normal. Por lo menos esta vez había mas de un bar.















A las 7 de la mañana del día siguiente rápidamente nos colocamos en la cola de embarque ( menos mal que dormimos allí y nos separaban escasos metros).

  • Isla sur

El viaje en Ferry se pasó rapido, comodidad absoluta, viendo peliculas, wifi gratuito..perfecto.
Llegamos a Picton ciudad de entrada a la isla sur.  De allí fuimos directamente al pueblo de Nelson siguiendo un camino de la costa de fiordos precioso! No tenemos palabras para describirlo.
De allí fuimos directamente al parque natural de Abel Tasman, donde además de disfrutar del parque que era precioso, tuvimos la suerte de poder encontrarnos con familia de Francesc ( una prima de su madre a la que nunca había visto) que nos permitió conocer mas de cerca la vida de alli.










Al día siguiente hicimos un pequeño trekking por el parque, donde nos encontramos a una familia de Tarragona (en cuanto nos saludamos el acento del "good morning" nos delató.) encantadora. Compartimos conversaciones al otro lado del mundo y por un momento nos sentimos como en casa.
Finalmente nos despedimos de la familia Sinke (la familia de Francesc) no sin antes recibir unas donaciones de su huerta: auténticos kiwis de NZ, patatas...como lo agradecimos todo!
De alli comimos en Murchison y fuimos a dormir a Westport, pueblo costero.















De allí fuimos a la bahía de Tauranga donde pudimos ver los pajaros kiwis por primera vez. Dicen que solo salen por la noche, pero vimos varios, así que no sabemos si eso es del todo cierto. La siguiente parada fue la playa Nine mile , una de las mas largas y donde se celebran habitualmente carreras de coches, y la parada en Punakaki, donde hicimos un pequeño trekking para visitar las rocas pancake, cuyo nombre vienen dada por su peculiar forma. Precioso. Después visitamos el pueblo de Greymouth, y Franz Josep, para después dormir en el lago Mapourika, aiss, pero que bonito era todo!!
























Como no podía faltar, llegó también la visita a los glaciares: Franz Josep, con caminata de 1 hora y media ,y Glaciar Fox, con caminata más corta, de una hora que mereció mucho la pena, glaciar imponente. De los glaciares nos fuimos a la playa, para subir un poco la temperatura y paseamos por la bonita playa de las dunas. De alli llegamos al lago Wanaka y Hawea, dos preciosidades de la naturaleza. Los bordeamos siguiendo una carretera, y creemos que por lo menos paramos 20 veces a hacer fotos! que bonito!
También visitamos Wanaka ciudad, donde aprovechamos para conectarnos a internet y enviar algunas postales. De alli pasamos por el pequeño y bonito pueblo de Arrotown.




                   














































Nuestra siguiente parada era la ciudad de Queenstown, donde vivía otro Sinke. La ciudad estaba muy animada, algo poco usual hasta el momento, pero es la ciudad de ski por excelencia, y encontrándonos en plena temporada, os podéis imaginar que estaba a tope. Calles llenas de bares y sobre todo tiendas de ropa deportiva. Allí nos encontramos con Jordan Sinke, "primo de Francesc", que nos invito a cenar con su novia y otros amigos a cenar y tomar algo en su casa. Que gente mas simpática! Es verdad que éramos familia, pero no nos conocíamos de nada y nos trataron como reyes! Fue muy bonito compartir la vida de allí, con gente autóctona, nos explicaron su día a día, y la verdad que nos dimos cuenta, que aunque habrá excepciones, la mayoría lleva una vida tranquila y sin complicarse demasiado, casi todos dedicados a trabajos estacionales, ya sea de invierno o de verano.
















Dejaríamos la ciudad para dirigirnos a Mildford Sounds, la ciudad de los fiordos por excelencia, previa parada en el lago Wakatipo, Te Anau y Lago Gumm. Nada más llegar a Mildford, dimos un paseo por el pueblo, que la verdad es minúsculo, simplemente es el enclave de una región maravillosa. Nuevamente ocultamos la furgoneta en un callejón, para evitar el costoso camping del lugar, y después de pasar bastante frío (dormíamos vestidos, con gorro, nórdico, mantas y la naricilla helada), a la mañana siguiente cogimos un barquito de los que te paseaba entre los fiordos. Muy pero que muy bonito. Sin embargo pensamos que fueron mas bonitas las vistas desde la costa, que las del barco, pero bueno era algo que había que hacer. De allí bajamos nuevamente a Te Anau, donde pasamos paseamos y pasamos la noche.


































En Te Anau, se encontraba Kepler Track , una ruta para hacer trekkings de hasta un día entero. Nosotros como andábamos justitos de tiempo finalmente hicimos una ruta de 2 horas, que paisajes tan bonitos!, había un camino que bordeaba al lago precioso, y una luz que iluminaba todo increíble! Nos impacto mucho, que a pesar de ser muy pocos habitantes, mantienen todo impoluto y cuidado hasta el mas mínimo detalle...la verdad es que nos quedamos sin palabras. De allí seguimos por la ruta escénica Tuatapere, comimos el típico plato de fish and chips en el pueblo pesquero de Riverton, visitamos Invercargill, y emprendimos ruta a la bahía de Purakaunui, donde dormimos en un camping gratuito  (el gobierno habilita zonas de acampada con baños públicos, que en veranos cuestan unos 6 € y nada en invierno) enfrente de la playa espectacular. El camino que nos llevó hasta esa bahía fue espectacular, pasando por la bahía Tautuku.


















El viaje comenzaba a llegar a su fin, y teníamos que ir dirección ya a Christchurch, ciudad donde cogeríamos nuestro vuelo de vuelta a casa. Pasamos por Dunedín, Warrington Beach, Puketeraki ( unas vistas increíbles!), hasta dormir en una playa cercana a Timaru, donde paseamos hasta encontrar el faro..indescriptible. Finalmente en Winchester, cogimos la ruta 72 y 77 con paradas en Río Rakaia, playa woodend hasta llegar a Christchurch. Allí nos encontraríamos con los últimos Sinke por conocer, la otra prima y tía de la madre de Francesc. Nuevamente nos encandilaron con su amabilidad, nos invitaron a cenar en el restaurante de otro de sus hermanos, y compartieron confidencias y recuerdos del abuelo Sinke. Pueden pasar años y estar en la otra punta del mundo que los recuerdos eliminan el tiempo perdido.
Además de la experiencia familiar, pudimos comprobar como la ciudad aún se encuentra totalmente destrozada después del terremoto que azotó la zona hará ya 3 años.


















  • Fin del viaje

Y aquí acababa nuestra aventura. Dos interminables vuelos de 35 horas, y una diferencia horaria de mas 10 horas nos separaban de casa. Sentimientos contradictorios albergaban nuestra mente, muchas ganas de ver a la familia y amigos, y mucha tristeza de cerrar una etapa muy especial en nuestras vidas.






GRACIAS POR COMPARTIR ESTA EXPERIENCIA CON NOSOTROS!
HASTA PRONTO! FINS AVIAT! LASTER ARTE! SEE YOU SOON!





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